Fue una edición memorable, válida para la Mondiale Marche, con todos los pilotos más fuertes de coches Sport Prototipo a excepción de la Scuderia Ferrari que desertó de la carrera. Había tres Alfas como el expuesto en el Museo Termini: además del coche Vaccarella-Hezemans, la empresa de Arese había presentado otros dos prototipos de 440 CV para De Adamich-Van Lennep y Kinnunen-Stommelen. “Porsche había respondido al desafío con tres coches, el 908/3 de 360 CV confiado a Siffert-Redman, Rodríguez-Muller y Elford-Larrousse; a los pocos minutos de carrera, fue el inglés Redman quien acabó fuera de la carretera por un fallo técnico de su ligerísimo Porsche”, relata Salemi. Tampoco hubo mucha suerte para el mexicano Pedro Rodríguez, que chocó contra el asfalto y dañó irreparablemente su 908. Además de los 33, el museo de Termini exhibe, entre otros, un Porsche 718, un Lotus 23, un Alpine-Renault 1600, un Maserati Birdcage, un Fiat 501, un MG Midget, un Ford Escort RS y otros protagonistas del Targa. En mi opinión”, explica Salemi, “el periodo más fascinante de la carrera fue la década comprendida entre 1963 y 1973 y creo que no es casualidad que, precisamente en esa época, el hombre protagonizara una temporada excepcional, como fue la conquista de la Luna, por citar sólo el episodio más sensacional”. También los automóviles se vieron influidos por esa ola mágica y llegaron a la Targa Florio coches fantásticos, cada vez más potentes y de mayores prestaciones. Quizás demasiado para una carrera sinuosa y difícil, nacida en 1906, cuando los coches iban mucho más despacio. Si los coches corrían despacio, las ideas de Vincenzo Florio corrían deprisa porque, en aquella época remota, el creador del circuito de Madonie hizo lo imposible por atraer a los competidores, con traslados gratuitos en los barcos de la flota Florio, billetes de tren con descuentos del 50%, una serie de sustanciosos eventos paralelos que hoy marcarían la pauta para los expertos en marketing, y exquisitos premios, trofeos, placas y medallas creados por Renè Lalique (en 1906 y 1907) y Bistolfi en 1907. La primera Targa Florio de bronce y las famosas portadas para la revista Rapiditas de Duilio Cambellotti datan de 1908. En la década de 1920, el Targa Florio fue diseñado por Henry Dropsy .
Museo Targa Florio
En Termini Imerese, un antiguo matadero alberga el único museo dedicado a la Targa Florio con una auténtica exposición de coches históricos. Dirigida por Nuccio Salemi, exhibe en la entrada el precioso Alfa Romeo 33 de tres litros con el que Nino Vaccarella y Toine Hezemans ganaron la edición de 1971.
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